El demandante, una empresa de la Columbia Británica, reclamaba daños y perjuicios de los demandados, inclusive un ex gerente general del demandante y Expand International, empresa sueca que era agente exclusivo del demandante en el Canadá, fundándose en que habían conspirado contra el demandado y lo habían engañado y defraudado con miras a rescindir el acuerdo de representación exclusiva entre el demandante y Expand International y concedérsela al exgerente general del demandante. El demandado argumentó que el tribunal no era competente ya que se discutía sobre una violación de contrato cometida en Suecia y, a título alternativo, solicitó la suspensión de las actuaciones conforme a la sección 8 de la International Commercial Arbitration Act (ICAA, artículo 8 de la Ley Modelo), sobre la base de que un acuerdo, alcanzado con el demandante después de plantearse la controversia, contenía una cláusula compromisoria, según la cual “…toda controversia suscitada a raíz del presente acuerdo se resolverá mediante arbitraje…”.

El tribunal falló que la acción del demandante se fundaba en un cuasi delito cometido en el Canadá, por lo que se declaró competente. Se apreció que la conspiración, el engaño y el fraude no eran asuntos que se derivasen del “presente acuerdo”. Se falló también que estos cuasi delitos no podían haber sido convenidos ni siguiera contemplados por las partes como asuntos que pudieran resolverse mediante arbitraje dado que fueron cometidos antes de celebrarse el acuerdo de arbitraje. Se estimó, en consecuencia, que la condición básica precedente para la concesión de una suspensión de las actuaciones con arreglo a la sección 8, a saber, que la actividad del tribunal debe relacionarse con un asunto que se ha acordado someter a arbitraje, no había sido satisfecha. El tribunal desestimó la solicitud de suspensión de las actuaciones presentada por el demandado.